domingo, 5 de octubre de 2008

EN EL OJO DE LA TORMENTA


A veces te necesito tanto me dijo, y yo me pregunte si alguna vez necesito de eso que solo ella puede darme. Sentí miedo de repetir la historia y de confirmar que mas halla de mis ganas las cicatrices no cerraron por completo. Porque basta con un tirón para volver abrir la herida. Pensé en abrazarla, y devolverle así todos los favores que me hizo alguna vez, o tal vez porque entendí que las palabras a veces están de más y que muchos miedos se desvanecen al sentir la seguridad en esos brazos que siempre estuvieron cerca aunque hallamos querido alejarnos.
Quizá tus palabras abrieron más en mi de lo que te imaginas, será porque nuevamente y como siempre en mi vida, cada vez que encuentro la calma, que fijo un nuevo rumbo, que me dispongo a ponerme en marcha, algo me lleva directamente a ese lugar del que me quiero alejar. Tal vez al encontrar tus ojos nuevamente mirándome, me doy cuenta que las miradas que cruce con todas esas puertas que pensé eran mi salida solo fueron destellos del brillo que alguna vez dispararon tus ojos al verme llegar.
Es difícil cuando estamos en el medio de la tormenta que la lluvia no nos moje, pero a veces necesitamos que esa lluvia moje y lave la mente, para ver las cosas más claras, para ser más fuertes, para ser mejores. Hoy estoy nuevamente bajo la lluvia buscando una respuesta, concentrada en mí, analizando mi próximo camino y esperando que se despejen las nubes de las dudas para poder tener otra vez la seguridad de saber que es lo que busco esta vez.



/ TENES QUE HACERTE AMIGO DE ESTA TORMENTA /

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