domingo, 8 de agosto de 2010

Adiós Amor



Me di cuenta de algo, y tan duro ver, me di cuenta que perdí. Ella ya se olvido y el tiempo que paso de enero a esta parte lo use creyendo olvidarme cuando en realidad lo único que hice fue alimentar mi esperanza de que volviera. Yo calculadora y fría como era, me arriesgué a sentir, con la intensidad de un amor que el tiempo transformó en algo sucio y prohibido. El pecado que cometimos tan solo por amar, hoy hace de mí una esclava del tiempo que compartimos alguna vez. Si fue tan real como el vacío que siento, si fue tan perfecto que jamás podré explicarlo. Y ahora, sola, entre cuatro paredes entiendo lo que duele volver a amar. No todo lo que se rompe puede volver a armarse pero sé que en algún de todo este universo, las palabras que te dije quedaron guardadas para que las uses cuando te sientas triste. A veces quiero prometer que no volveré a estar cuando lo necesites, pero la verdad es que las promesas como la mayoría de las cosas en esta vida se las lleva el viento. Lo que si estoy segura en que yo por mi parte voy hacer de cuenta que nunca te encontré, que nunca apareciste y que lo que yo creí vivir con contigo fue solo un sueño, del que esta mañana tan fría y solitaria tuve que despertar. Hasta siempre, hasta nunca.



Puedo escribir los versos más tristes esta noche.

Escribir, por ejemplo: "La noche está estrellada,

y tiritan, azules, los astros, a lo lejos."

El viento de la noche gira en el cielo y canta.

Puedo escribir los versos más tristes esta noche.

Yo la quise, y a veces ella también me quiso.

En las noches como esta la tuve entre mis brazos.

La besé tantas veces bajo el cielo infinito.

Ella me quiso, a veces yo también la quería.

Cómo no haber amado sus grandes ojos fijos.

Puedo escribir los versos más tristes esta noche.

Pensar que no la tengo. Sentir que la he perdido.

Oir la noche inmensa, más inmensa sin ella.

Y el verso cae al alma como al pasto el rocío.

Qué importa que mi amor no pudiera guardarla.

La noche esta estrellada y ella no está conmigo.

Eso es todo. A lo lejos alguien canta. A lo lejos.

Mi alma no se contenta con haberla perdido.

Como para acercarla mi mirada la busca.

Mi corazón la busca, y ella no está conmigo.

La misma noche que hace blanquear los mismos árboles.

Nosotros, los de entonces, ya no somos los mismos.

Ya no la quiero, es cierto, pero cuánto la quise.

Mi voz buscaba el viento para tocar su oído.

De otro. Será de otro. Como antes de mis besos.

Su voz, su cuerpo claro. Sus ojos infinitos.

Ya no la quiero, es cierto, pero tal vez la quiero.

Es tan corto el amor, y es tan largo el olvido.

Porque en noches como esta la tuve entre mis brazos,

mi alma no se contenta con haberla perdido.

Aunque este sea el ultimo dolor que ella me causa,

y estos sean los ultimos versos que yo le escribo.

PABLO NERUDA